Siempre intentamos ser fieles a unos principios.
A pesar de que el equipo de gobierno actual (PSOE) basara su política, desde que estaba en la oposición, en crear una imagen distorsionada de la realidad, los miembros que integramos el Grupo Político de Izquierda Unida siempre hemos intentado alejarnos de la dialéctica y así poder centrarnos en mostrar los acontecimientos de la forma más seria y rigurosa posible, buscando con esperanza que las gentes de nuestro pueblo sepan diferenciar de forma autónoma, individual y libre dónde se encuentra lo justo y efectivo. Es posible que, al menos en parte, la percepción que se pudiera haber generado no sea lo más vistosa o positiva que nos hubiese gustado, con independencia de otras influencias.
Es enorme el esfuerzo de paciencia que requiere permanecer en un estado de estoicismo dentro de un ambiente en el que eres continuamente foco de críticas infundadas e interesadas a la vez que acusado de lo que no eres o no buscas. Es difícil, los tiempos que vivimos no favorecen en absoluto a quienes queremos ser sinceros. No vivimos de las apariencias, y eso junto a una exposición continuada a las políticas de poco fondo que algunos utilizan, y al estado de indiferencia que -en parte comprensible- muestra la ciudadanía, nos lleva a situaciones de extrema complejidad para seguir el camino justo.
Somos conscientes de los errores que se pudieron cometer durante la etapa de gobierno de IU, somos humanos y, como tales, erramos; nosotros reconocemos cuando nos equivocamos, pero aprendemos de ellos en un ejercicio de voluntad por crecer individual y colectivamente ¿Cómo si no se puede aportar algo positivo a nuestra sociedad?
Pero no todos partimos con las mismas premisas. Podríamos haber optado por el camino más fácil y directo, el de entrar en el matiz: ¡Mira lo que dice! ¡Ha dicho que no cumplíamos tal ley! ¡Pero si eso es imposible! ¡Ha insinuado esto, o lo otro! ¡Dice que fue IU quienes no sé qué! ¡Qué poca vergüenza entrar en el insulto y el descrédito cuando dice tal o cual! ¡Utiliza tal red social o la otra para mentir! ¡Pues no van y dicen que tal obra social de no sé qué asociación benéfica es obra suya! … Uno, sin querer, se entera de muchas cosas.
Son muchos los casos y enorme el daño ocasionado.
Pero ese no es el camino, nunca lo tomamos, nunca lo tomaremos. No conseguirán apagar nuestro entusiasmo. Confiamos con ilusión en la política de verdad, la que utiliza las siglas para lo que están destinadas, que no es otra cosa que reunir y organizar. Creemos en la política constructiva, la de las ideas, la que mira al futuro con aportaciones, con propuestas encaminadas a contribuir en una evolución justa y positiva de nuestra sociedad. Esos son nuestros ideales y de ellos no nos van a apartar. La política es humilde, honrada y sincera por naturaleza, busca la justicia social y el bien común, todo lo demás ruego no se le llame política.
Para terminar, no hablo de buenos ni malos, tampoco pretendo ser maestro de nada, mucho menos vengo a pedir ayuda, solo llamo a la parte responsable de tu conciencia, la humilde, la que nos hace conscientes. Solo invito al lector a comprender la necesidad de ser cauto y perspicaz antes de decidirse o defender posturas.
Y confío en tu capacidad para saber guiarte por el camino correcto, el justo, el que te ayuda a través de lo común y plural.
Jesús Pérez Requena
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