El amor mueve montañas,
amor propio,
dejarlo a su amor,
al amor de la lumbre,
amor de madre,
por amor al arte,
amores que matan,
amor patrio,
hacer el amor,
ir al amor del agua...
amor propio,
dejarlo a su amor,
al amor de la lumbre,
amor de madre,
por amor al arte,
amores que matan,
amor patrio,
hacer el amor,
ir al amor del agua...
Distintas acepciones para una palabra. De hecho, una de las palabras más importantes... o al menos debería serlo. Una palabra que, ella sola, puede mover el mundo, pero en ambas direcciones cuidado, porque del amor al odio hay una pequeñísima distancia -los extremos se juntan-.
Pero ¿qué hace esa palabra en una página de política? Muy sencillo, se quedaron en el tintero el amor a tus raíces y el amor de partido -político-. Y hay quienes los confunden y, como hay amores que matan, el "amor al partido" puede secuestrar e incluso "matar" el amor a tu pueblo, por mucho amor que se le tenga o grandes sean las raíces. Un asunto delicado que merece toda su atención para combatirlo de forma decidida y firme.
¿Y cómo? CON AMOR ¿¡cómo si no!?
La mentira, la ceguera, la hipocresía, la obcecación, la necedad, la venganza y el odio son fruto de actitudes insanas que nacen de un amor-odio muy peligrosos.
Así es que, en este trabalenguas consejero ¡Por el amor de Dios! no perdamos la sensatez y amemos de forma sincera y ciega.
No dejéis vuestras raíces en un macetero y agradeced todo lo que somos.
Nuestra Tierra hará que crezcan SANAS.
Jesús Pérez Requena
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